Pablo Miguel Abreu sobre camisas del Cuba: “Se vendían para resolver problemas de la casa”

Michel Contreras

Actualizado en:

Pablo Miguel Abreu se refirió a los destinos que corrían las camisas de Industriales y el equipo nacional.

Pablo Miguel Abreu se refirió a los destinos que corrían las camisas de Industriales y el equipo nacional.

Figura de mención imprescindible cuando se habla de los grandes lanzadores zurdos del béisbol cubano, Pablo Miguel Abreu rememoró varias vivencias de su estancia en las Series Nacionales en una reciente comparecencia en “El Show de Swing Completo”.

Con la naturalidad que lo caracteriza, el gigante se refirió a los destinos contrapuestos que corrían las camisas de Industriales y el equipo nacional.

“Increíblemente yo tengo una sola camisa de Industriales”, afirmó. “El hermano Juan Padilla la mandó a hacer y me la trajo, porque no tenía ninguna. Uno se las regalaba a los amigos. Por ejemplo, al final del campeonato se la dabas al que te resolvía la gasolina, al bodeguero o al carnicero”.

Las anécdotas de Pablo Miguel Abreu

Las del team Cuba, en cambio, se vendían. “Había que hacerlo para resolver problemas de la casa”, confesó. “Al final de los campeonatos siempre aparecía gente interesada en comprarte cosas, entre ellas eso”.

Para ilustrar dicho interés, Pablo Miguel Abreu narró una anécdota que tuvo un desenlace sorprendente.

“Un año que fuimos a Japón nos dieron unos guantes Mizuno preciosos. El mío era grandísimo, y estando en una preparación en la altura mexicana de Pastejé en 1989, se lo vendí a alguien que lo quería. Y quién te dice que al cabo de los años fui con el equipo nacional ruso a un campeonato europeo y allí me encontré al tipo con mi guante. Increíble la coincidencia”.

Las penurias de los protagonistas del béisbol cubano no dejaban otra opción que deshacerse de cuanto pudiera reportarles dólares en cada salida al extranjero. El propio Pablo Miguel Abreu estuvo ganando 102 pesos mensuales y después le subieron la cifra a unos irrisorios 148.

“Imagínate que ya era el primer pitcher del equipo Cuba y vivía en un garaje”, relató para a continuación aludir a la famosa dieta que recibían en los torneos internacionales y hacer una historia que involucró al legendario torpedero Germán Mesa.

“A nosotros nos daban dos dólares diarios de dieta en los viajes al exterior. Recuerdo que una vez fuimos a Nicaragua y nos dieron como 12 dólares. Entonces resultó que el catcher Humberto Casamayor fue llamado como refuerzo del equipo a última hora, y entre los jugadores de La Habana (exceptuando al capitán Mesa) le dimos su dinero a nuestro compañero de equipo. Y digo capitán, pero ya seguro debe ser coronel o general”.

Pablo Miguel Abreu, el rey de la curva

En otro momento de la charla, Pablo Miguel Abreu contó que en 1987 Orestes Kindelán le había dado una línea en el brazo derecho durante una práctica de la preseleción nacional y fue necesario ponerle yeso.

“Entonces en un encuentro con Fidel, Miguel Valdés le dijo que me iban a tener que dejar fuera del equipo porque tenía un yeso, y Barbatruco le respondió que si los norteamericanos tenían un manco en sus filas (Jim Abbot) yo también podía lanzar así. Y me quitaron el yeso”, reveló entre risas.

Pablo Miguel Abreu jugó 12 campeonatos en el béisbol cubano en los cuales maravilló a la afición por la majestuosidad de su curva y su capacidad para ponchar.

Afincado en Italia desde hace más de dos décadas, a comienzos de 2025 anunció la creación de una academia de pitcheo en Reggio Emilia, ciudad donde reside.

Deja un comentario