Por Migue Guerra
El boxeador cubano Robeisy Ramírez apenas está dando sus primeros pasos en el boxeo profesional. Tres años y medio de experiencia y algo mas de una decena de combates, no es mucho palmarés para el cienfueguero dentro del deporte rentado, aunque su demostrada calidad sobre el ring lo han colocado ya en planos estelares y listo para empeños mayores.
Además, sus dos títulos olímpicos alcanzados como peleador amateur en las citas de Londres 2012 y Río 2016, junto a su oro continental en Guadalajara 2011 y centroamericano en Veracruz 2014, avalan su carrera como pugilista, al punto de ser muy respetado por sus rivales en cualquier combate que efectúa.
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En el mes de julio de 2018, Robeisy abandonó el equipo Cuba de boxeo que se preparaba en México para participar en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla, lo cual, junto a su activismo constante en contra del gobierno cubano, le ha impedido regresar a su tierra natal desde entonces, debido a las políticas que se imponen en la Isla para los llamados «desertores».
«No creo que pueda virar a Cuba, primero porque como dicen ellos “soy un traidor” y segundo porque estoy siempre denunciando todas las cosas malas que pasan en la Isla. Si yo vuelvo sería porque ya se cayó ese comunismo y podré ir a ver a mi familia o traerlos para este país, pero no es algo de mi interés regresar a Cuba», expresó el experimentado boxeador cienfueguero, en reciente entrevista ofrecida al sitio web Diario de Cuba.
«Allá tengo a todo el mundo, acá solo tengo a mi mujer, mis niñas y mi suegra. En Cuba están mis padres, mis hermanas, mis sobrinos y mi niña grande que vive en Pinar del Río, se que no voy a poder verla en largo tiempo», agregó.
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Robeisy es uno de los deportistas cubanos que ha «enarbolado» la simbólica bandera y consigna de Patria y Vida en cada una de sus más recientes presentaciones, dejando bien clara su postura sobre el gobierno de su país.
«Realmente decidimos ponerlo porque creo que era el momento. (Yordenis) Ugás también lo había hecho antes, creo que era el momento donde no se sabía si realmente iba a cambiar algo, me duele mucho ver que el movimiento ha caído actualmente. Era un escenario grande, donde fue la pelea más grande del año, tenía la televisión para que se viera el mensaje y fue lo que decidimos tanto en el short como en el protector de boca, para que el mundo viera que estoy en contra de eso y para que se supiera lo malo que están haciendo en Cuba», enfatizó el peleador antillano.
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Sobre su tiempo en Cuba y los motivos que lo llevaron a abandonar a su equipo, Robeisy explicó:
«Recuerdo muchos momentos felices, pero también fue bien dura esa etapa, por mucho sacrificio que hice, incluso, al final fue un poco agridulce, fueron bien difíciles los últimos años míos. Exactamente el momento (en que decidí que era suficiente) fue cuando fuimos a Alemania a una competencia. Siempre he tenido la mentalidad que si yo soy uno de los boxeadores que tú tienes del equipo nacional de primera figura, tú tienes que cuidarme y sino me cuidas me voy a cuidar yo mismo, ahí empezaron los problemas porque yo si quería cuidarme».
«Recuerdo que en una ocasión nos mandaron para Dominicana a una competencia donde van boxeadores de categorías muy inferiores, dicha competencia no aportaba nada, por lo que yo me negaba a ir y ahí empezaban los problemas».
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«En Cuba, en Cienfuegos mi ciudad, yo había tenido un problema en la calle fuera del deporte y me condenaron a tres años de la casa al trabajo, eso lo coordinaron el INDER con la fiscalía de Cienfuegos, todo fue un arreglo para mantenerme a mí en Cuba porque ya habían sospechas de que yo me quería ir. Me habían agarrado varias llamadas, me sentaron con varios coroneles, me sacaron una computadora con varias llamadas mías, por suerte en todas las llamadas yo decía que no me iba a montar en una lancha», explicó Robeisy.
«Yo tenía que estar en el equipo nacional y tenía permiso del fiscal de la República para salir del país a competir, pero no podía tener problemas en la calle. Yo dije: «esto realmente es una mentira, es algo que ellos me tienen inventado para que los del problema no protesten y para tenerme a mi encerrado». En el viaje a Alemania que mencioné anteriormente, al Presidente de la Federación (Cubana de Boxeo) se le ocurrió amenazarme con que, si no hacía el peso, me iba a mandar para una granja en Cienfuegos. Ahí sí perdí la cabeza, ya sabes como nos ponemos los cubanos, dije que ya no aguantaba más y tomé la decisión de salir del país», agregó.
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Acerca de su preparación actual y entrenamiento diario para su próxima pelea pactada para el 26 de febrero en Escocia, el peleador cubano expresó a la citada fuente:
«Yo soy un poco vago para el entrenamiento. Cuando se confirma una fecha, un rival, entonces ya uno se pone un poco más serio con la preparación. Me cambian la alimentación, me quitan cosas que me gustan; pero soy el sustento de mi familia, así que es un sacrificio que tengo que hacer. Siempre he sido flaquito, sin un músculo, sin nada, llevamos ya dos campamentos tratando de hacer algo, me toca hacer ejercicios. Llevamos desde diciembre esperando una fecha y que los rivales aceptaran, porque varios no accedieron a pelear conmigo. A mí no me preocupa jugar fuera de casa, en Cuba casi todas las peleas eran en otros países».
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El experimentado peleador cienfueguero cerró la entrevista volviendo al principio, sobre su dificultad para viajar a Cuba a ver a sus familiares, un derecho del cual se creen poder decidir los gobernantes de la Isla.
«Hablo todos los días con mi hija grande y con mis padres. No sé cuando podré volver a verlos»