Por Juan Páez / @jmanupz
La llegada del béisbol a Tampa Bay, en 1998 con los entonces llamados Devil Rays, trajo consigo la incorporación de un nuevo abridor cubano que brilló en la Serie Nacional y ahora intentaba comenzar un exitoso camino en las Grandes Ligas: Rolando Arrojo. El derecho, nacido en Santa Clara, se erigió como el primer gran iniciador que tuvo el naciente equipo y como el primer miembro de tal club en asistir al Juego de Estrellas (1998).